Observatorio Sue

JARDÍN BOTÁNICO

El Jardín Botánico de Medellín ha sido un lugar que se ha transformado al mismo ritmo de la ciudad. Hace más de un siglo, era conocido como La casa de baños El Edén, propiedad de don Víctor Arango, quien la alquilaba a las familias que querían pasar un momento de tranquilidad entre sus aguas y sus zonas verdes, ideales para las salidas de los fines de semana. Años más tarde, como motivo del primer centenario de la Independencia de Antioquia, la Junta Organizadora de la Celebración del Centenario y la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín compró el terreno y otros circundantes para crear un nuevo bosque para Medellín. Finalmente, se inaugura en 1913 el Bosque Centenario de la Independencia, más conocido como El Bosque. A mediados de 1968, con motivo de la selección de la ciudad como sede de la VII Conferencia Mundial se decidió renovar este espacio y renombrarlo como, Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, en homenaje al sabio naturalista antioqueño. A partir de ese momento el trabajo científico del Jardín Botánico lo ha convertido en una de las entidades más respetadas y reconocidas por su trabajo científico y vasto dominio en la exploración, la investigación y la conservación de la flora colombiana con énfasis en la regional. En la actualidad el jardín es un museo vivo de plantas y diversas especies científicamente organizadas. Cuenta con 14 hectáreas en las que se encuentran sitios como el Orquideorama, el bosque tropical, el jardín del desierto, el jardín de palmas, entre otros que representan ecosistemas y relaciones ecológicas entre fauna y flora.

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ESPECIES

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COLIBRÍ COLIRUFO

AMAZILIA TZACATL

Etimología: 

Su nombre proviene de Amazili, una heroína inca que aparece en la novela Les Incas, ou La destruction de l´Empire du Pérou, de 1777, escrita por Jean Francois Marmontel´s. Por otro lado, tzacalt es una referencia directa a un jefe guerrero de la mitología náhuatl (azteca).

Clasificación: 

Colibríes

Descripción: 

Mide entre 10 y 12 centímetros de largo y pesa aproximadamente 5.2 gramos. El macho se caracteriza por tener el pecho y la garganta verde esmeralda, la cola rufo encendido y el pico naranjado con el extremo negro. La hembra tiene el pecho y la garganta más grisáceos.

Comportamiento: 

Se puede ver en parques y jardines, y aún en áreas semirurales, pero no al interior del bosque. Es bastante activo y territorial, y se ha adaptado bastante bien a la ciudad, donde vigila con ahínco su propio territorio de flores. Es el colibrí más común del área metropolitana.

Servicio ecosistémico: 

: DE REGULACIÓN – POLINIZACIÓN. Algunos polinizadores como las abejas, los pájaros y los murciélagos inciden en el 35 % de la producción agrícola mundial, elevando la producción alrededor del 75%. Estas aves constituyen un grupo importante de polinizadores, especialmente en las regiones tropicales.

Canto: 

El canto del colibrí es un “chut” bajo, y el canto del macho es un silbido Ttse we ts’ we o tse tse wip tseek tse.

Arboles relacionados: 

Casco e’ vaca (Bauhinia picta), flor Chiminango (Pithecellobium dulce), flor Hobo (Spondias mombin), flor Búcaro (Erythrina fusca).

Distribución:

Se distribuye desde el Oriente de México hasta el Occidente de Venezuela y de Ecuador. En Colombia, desde el nivel del mar hasta los 1800 m en la Costa Pacífica, los Andes y las tierras bajas del Catatumbo. Es el más abundante de los colibríes en las áreas urbanas del Valle del Aburrá. 

Reproducción:

Es un ave polígama, su ritual de apareamiento llama la atención pues el macho hace movimientos y piruetas para llamar la atención de las hembras. Las hembras suelen anidar en árboles pequeños o arbustos, los nidos son creados con hojas, telarañas, musgo y liquen. Pone 2 huevos y se encarga de toda la incubación y cuidado de sus crías.

Dieta:

El Colibrí colirufo es un ave nectarívora, es decir, se alimenta de las flores como la heliconia, el café y el banano. Como la mayoría de los colibríes, complementa su dieta baja con insectos pequeños, polen o savia de algunos árboles. El metabolismo de los colibríes es muy rápido, por lo cual se alimentan entre 7 y 8 veces por hora

Observación:

Se realizará en el Jardín Botánico que cuenta con 100 especies de aves, una de ellas es el Colibrí Colirufo. En el Jardín también existen una gran cantidad de especies de flora, en lo que el Jardín Botánico denomina como colecciones vivas de bosque tropical, jardín de las palmas, humedales, jardín del desierto, jardines del orquideorama, huerto medicinal y patio de las azaleas.

¿Sabías qué? Mitos y leyendas urbanas

Los colibríes aparecen en la mitología de casi todos los pueblos del centro y el sur de América. Para la cultura maya, cuando los dioses terminaron la creación se dieron cuenta que faltaba alguien que llevara los pensamientos y los deseos de un lugar a otro, pero ya no les quedaba ni maíz, ni barro, por lo cual tomaron una piedra de Jade y con ella crearon una flecha y una vez la soplaron apareció el colibrí, se dice entonces que ningún ser humano debe atrapar un colibrí porque será severamente castigado por los dioses. Para las culturas prehispánicas peruanas, el significado era muy parecido, los colibríes nacieron después de una terrible sequía en las tierras de los quechuas, surgieron de una flor de una planta de Qantu, que en su último esfuerzo se transformó en colibrí, con su último aliento voló hasta donde los dioses para interceder por los hombres y lograr que volviera el agua a las áridas tierras. Para algunas comunidades indígenas de Colombia como las que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta, los colibríes son mensajeros de noticias y advertencias que hacen los dioses y que solo los Mamos o líderes de las comunidades saben leer o interpretar.    

Retos de observación:

Si tu objetivo es observar un Colibrí colirufo, no olvides los siguientes datos: los colibríes son las únicas aves que pueden volar hacia adelante, hacia atrás, a la derecha, a la izquierda e incluso mantener vuelos suspendido, es decir, quedarse en un solo lugar, sin moverse o desplazarse; pueden batir sus alas de 80 a 200 veces por su segundo; su corazón puede latir de 500 a 700 veces por minuto; pueden alcanzar velocidades sorprendentes de 650 a 70 km/h. Para lograr todas esas proezas, únicas de esta especie, los colibríes deben comer mínimo cada 10 minutos, para que al final del día hayan consumido más de su mismo peso en néctar. Por eso si quieres ver un colibrí acércate a árboles que se encuentren plagados de flores, principalmente aquellas que tengan formas tubulares de colores, flores rojas, naranjadas, amarillas, azules, blancas o moradas. Recuerda que si quieres ver colibríes cerca de tu casa es mejor sembrar plantas o árboles florales y evitar poner cebaderos, que pueden perjudicarlos a corto, mediano o largo plazo.